
Lo que parecía ser solo un paseo cotidiano por el campo terminó siendo un hallazgo arqueológico para Rowan Brannan, un niño británico de apenas 10 años. Mientras caminaba junto a su madre y sus perros por un paraje rural en Sussex Occidental, Inglaterra, el pequeño notó un objeto metálico en el suelo y decidió recogerlo.
Su madre, Amanda, pensó que era solo un pedazo de basura, como tantas veces antes, y le sugirió dejarlo. Sin embargo, Rowan, guiado por su intuición, decidió conservarlo. “A Rowan siempre le ha gustado encontrar todo tipo de fragmentos. Recoger cosas del suelo. Siempre digo ‘déjalo, está sucio’, pero en esta ocasión él seguía sosteniendo este trozo de metal, convencido de que era oro verdadero”, relató Amanda.
El descubrimiento ocurrió hace dos años, pero recientemente se confirmó que se trata de un brazalete de oro que data del siglo I, es decir, de la época romana. Su valor histórico es significativo, y el objeto ha despertado el interés de expertos y autoridades del patrimonio.
El instinto del joven explorador lo llevó a preservar una pieza valiosa que, de no ser por su perseverancia, podría haber terminado en la basura. Rowan ahora es reconocido por su increíble hallazgo, que demuestra que la curiosidad y el ojo atento pueden hacer historia.