Cuatro efectivos policiales y un civil murieron durante operativos para despejar rutas cerradas por seguidores del exmandatario. Las protestas han paralizado al país por más de diez días.
Las movilizaciones sociales en Bolivia se han intensificado drásticamente en los últimos días, dejando como saldo la muerte de cinco personas —cuatro policías y un civil— en medio de acciones para desarticular los bloqueos en diversas regiones del país. Estas acciones están impulsadas por simpatizantes del expresidente Evo Morales, quienes reclaman su exclusión de las elecciones previstas para agosto y exigen la salida del actual mandatario, Luis Arce.
El miércoles, en la localidad minera de Llallagua, al norte del departamento de Potosí, las fuerzas del orden fueron superadas por los manifestantes. En ese punto, los seguidores de Morales han instalado bloqueos que demandan un cambio político en medio de crecientes tensiones económicas. En esos disturbios murieron los tenientes Jorge Barrozo Rodríguez y Carlos Enrique Apata Tola, así como el sargento primero Jesús Alberto Mamani, todas víctimas de impactos de bala. Asimismo, el subteniente Christian Calle Alcón falleció tras un altercado en la vía hacia Oruro.
A estas muertes se suma la de un civil en Cochabamba, confirmada por el Ministerio Público este jueves. Esta región ha sido identificada como uno de los focos principales de las protestas.
En Potosí, manifestantes incendiaron un bus que transportaba efectivos policiales, retuvieron a algunos agentes y obstaculizaron el paso de ambulancias, según reportes de medios locales. Ya el martes, pobladores del mismo municipio se enfrentaron con los bloqueadores, debido a la escasez de productos básicos provocada por el cierre prolongado de rutas.
“Los vecinos, transportistas y comerciantes, agobiados tras una semana de corte total en el suministro de combustible, gas y alimentos, decidieron tomar las calles para desbloquear por la fuerza la ruta que permanece cerrada por grupos identificados con el expresidente Morales”, informó el diario El Potosí.
En Vinto, a 20 kilómetros de Cochabamba, también se vivieron choques prolongados entre los manifestantes y la policía. Durante cuatro horas, los bloqueadores arrojaron piedras y petardos, mientras los agentes respondieron con gases lacrimógenos.
Mientras tanto, Evo Morales permanece resguardado por simpatizantes en la zona cocalera de Cochabamba, desde donde ha criticado al Gobierno. Actualmente, se registran al menos 19 puntos de bloqueo en cuatro departamentos, principalmente en Potosí y Cochabamba.
La tensión gira en torno a la inhabilitación de Morales para presentarse a los próximos comicios, debido a un fallo constitucional que restringe el ejercicio presidencial a dos mandatos. Morales ya ocupó el cargo durante tres periodos.
Además de los reclamos políticos, sectores sociales protestan por el deterioro económico, el desabastecimiento de combustible y la inflación que afecta a productos de primera necesidad. En Santa Cruz, zona agrícola clave, se reportaron cortes de ruta, mientras en La Paz se realizaron movilizaciones masivas con consignas que exigen la renuncia de Arce.
El presidente ha descartado su renuncia, argumentando que “la renuncia de nada resuelve los problemas”, y ha anunciado acciones más enérgicas contra los bloqueos, incluyendo operativos conjuntos entre la policía y las fuerzas armadas. “No vamos a hacer que ganen aquellos que no quieren las elecciones, los que no quieren la democracia, que no quieren al país ni al pueblo boliviano”, expresó Arce en un mensaje emitido el miércoles tras la muerte de los uniformados.
Por su parte, Morales ha endurecido su discurso y aunque niega liderar directamente los bloqueos, advirtió que “el desbloqueo generará una mayor rebelión y sublevación ante el Gobierno”.
Ante el aumento de la violencia a solo dos meses de las elecciones generales, diversos sectores han comenzado a pedir la declaración de un estado de excepción para intentar restablecer el orden, al menos en las regiones más afectadas por los disturbios.