Con más de dos décadas de carrera, títulos internacionales y el respeto del mundo futbolístico, Claudio Bravo volvió al norte de Chile no para defender el arco, sino para inspirar a quienes sueñan con seguir sus pasos. Este sábado, el Estadio Mundialista Carlos Dittborn de Arica se transformó en el epicentro de una jornada inolvidable: más de 140 jóvenes porteros se dieron cita para participar en una clínica gratuita encabezada por el histórico arquero nacional, en el marco de su gira de despedida del fútbol profesional.
La actividad, organizada por la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (ANFA) con el respaldo de la Municipalidad de Arica, convocó a guardametas pertenecientes a diversos clubes locales, quienes vivieron una experiencia única junto al referente de La Roja. Desde temprano, las tribunas se llenaron de familias que acompañaron con entusiasmo y orgullo a los futuros talentos de la región.
El alcalde de Arica, Orlando Vargas, valoró profundamente el gesto de Bravo, señalando: “Quiero que esta práctica suceda más a menudo y tengamos aquí muchos más Claudio Bravo defendiendo la selección nacional, su ciudad y sus equipos. En nombre de todo Arica te agradecemos Claudio por esta increíble experiencia para nuestros niños y jóvenes ariqueños”.
Durante toda la jornada, Claudio Bravo se mostró cercano, compartiendo tiempo con cada grupo, corrigiendo técnicas, entregando consejos y motivando a los participantes. Con humildad y sencillez, se convirtió en un espejo donde cientos de niños y adolescentes proyectaron sus sueños.
El propio Bravo reconoció sentirse emocionado por la calidez del recibimiento. “Para mí significa orgullo máximo, porque crecí como estos chicos y nunca imaginé que podía llegar a congregar sueños que se pueden hacer realidad. Es muy difícil triunfar en la vida y yo lo conseguí sin grandes herramientas”, expresó visiblemente conmovido.
El arquero también destacó la importancia de impulsar este tipo de espacios en regiones: “Gracias al alcalde Orlando por la ayuda brindada a todos estos chicos. Esto es algo inédito para la ciudad. Todos tuvimos una etapa formativa, como estos niños que hoy están aquí con ilusión. Nosotros llevamos años con este lindo proyecto, porque creemos que el legado no se queda en la cancha: se multiplica, se enseña y se vive”.
El cierre de la jornada estuvo cargado de emociones. Aplausos, fotografías y abrazos sellaron una jornada en la que, más allá de la técnica, se compartieron valores fundamentales como la disciplina, el trabajo duro y la perseverancia.
Claudio Bravo, ícono del fútbol chileno, ha defendido los colores de equipos como Colo-Colo, Real Sociedad, FC Barcelona, Manchester City y Real Betis. Con más de 500 partidos en clubes y 150 encuentros con la selección chilena, es el tercer jugador con más presencias en la historia de La Roja. Fue pieza clave en las históricas conquistas de la Copa América en 2015 y 2016, consolidando su legado como uno de los grandes arqueros del continente.
Antes de despedirse de Arica, dejó un mensaje cargado de sentido y reflexión: “Nunca me quedé con las cosas positivas, siempre con las negativas, con los errores, porque ahí está el aprendizaje. Las cosas fáciles se premian distinto. Lo más importante es corregir para crecer. Los días duros, los llantos, los entrenamientos, todo eso lleva a que un día atajes una pelota con cien mil personas mirando, ganando un título para tu país”.
La visita de Bravo no solo marcó una actividad deportiva: fue una lección de vida para toda una generación. Desde Viluco al mundo, su ejemplo ahora también late en el corazón del norte chileno.