Bolsonaro Atribuye A “Paranoia” Y “Alucinaciones” La Manipulación De Su Tobillera Electrónica

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro negó ante la Justicia que hubiera intentado fugarse al manipular su tobillera electrónica y afirmó que su conducta se debió a un cuadro de “paranoia” y “alucinaciones” provocadas por una mezcla de medicamentos. El episodio, ocurrido la madrugada del sábado 22 de noviembre, derivó en que la Corte Suprema revocara su arresto domiciliario y ordenara su prisión preventiva en Brasilia, al considerar que existía riesgo real de fuga.

Bolsonaro, de 70 años y condenado a 27 años de cárcel por planear un intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva, pasó su primera noche preso en la Superintendencia de la Policía Federal en la capital brasileña. Según la decisión del Supremo, el exmandatario representaría una “amenaza al orden público” y un “riesgo de fuga concreto” después de que se detectara daño en el dispositivo que monitoreaba sus movimientos.

Durante la audiencia de custodia realizada el domingo 23, Bolsonaro reconoció que manipuló la tobillera, pero insistió en que no tenía intención de escapar. Alegó que desde hacía algunos días presentaba insomnio, ansiedad y efectos secundarios tras un cambio reciente en su medicación, lo que habría desencadenado un episodio de confusión. En su declaración sostuvo que una combinación de fármacos lo llevó a un estado de “paranoia” y “alucinaciones”, en el que habría llegado a imaginar que el dispositivo contenía un micrófono oculto.

De acuerdo con versiones recogidas en medios internacionales, Bolsonaro habría intentado abrir o quemar parcialmente la tobillera utilizando herramientas domésticas, lo que activó las alertas del sistema de monitoreo y motivó la reacción inmediata de la Corte Suprema. El magistrado Alexandre de Moraes, quien ya había impulsado causas previas en su contra, ordenó la detención preventiva al considerar que la manipulación del dispositivo era incompatible con el régimen de arresto domiciliario y podía facilitar una eventual huida hacia una embajada o al extranjero.

La defensa del exmandatario sostiene que se trató de un episodio aislado y vinculado a su estado de salud, marcado por secuelas de la puñalada que sufrió en 2018, crisis de ansiedad y problemas gástricos, por lo que pidió que vuelva al régimen de arresto domiciliario o se revise su situación bajo criterios “humanitarios”. Los abogados alegan que el cuadro de “paranoia” y “alucinaciones” descrito por Bolsonaro estaría documentado por médicos tratantes, quienes ya habrían ajustado la medicación.

Mientras tanto, un colegiado de la Corte Suprema de Brasil ya reunió mayoría para mantenerlo en prisión preventiva, consolidando la decisión inicial de Moraes. Afuera de la sede policial y en otras ciudades del país se han registrado tanto manifestaciones de simpatizantes que denuncian persecución política, como celebraciones de sectores que consideran su encarcelamiento una señal de que las instituciones brasileñas están respondiendo al intento de subvertir el resultado de las elecciones de 2022.